Qué te cuento mi amor que te pudiera interesar, si a veces
ni a mí me interesa conmigo platicar.
Llego a la casa y en tu mirada se refleja el cansancio de la
aburrida vida casera.
¿Nos habremos condenado por coger antes del matrimonio? Y
a caso eso interesa?
Nuestra vista se pierde en la fauce del niño que llora y
nuestros sueños terminan cuando despierta en busca de teta.
Se supone que mis palabras deberían enamorarte y mis brazos
arrullarte, en vez de eso te fastidian y oprimen.
Los años se van mientras la felicidad se añeja; los días
pasan y la muerte se acerca.
Qué más dá si la semilla de vida queda...
Qué más dá si la semilla de vida queda...