28 de abril de 2015

Sueños Güajiros

El grácil ademán le sugirió guardar silencio, además de invitarla unirse al grupo de bellas mujeres que lo rodeaban dentro de una piscina de aguas termales, que lejos de ser una alberca pública, parecía el jacuzzi privado de un sultán en compañía de sus odaliscas.

-Pero eres casado- gritó azorada la dama entrada en años. Perturbada por la escena, ahogó su coraje, contuvo el aliento y huyó del lugar.

Su rostro desencajado expresaba tremenda decepción; el grado de perversidad con la que el hombre engañaba a su servil esposa, esfumó por completo la esperanza de ser ella quien apaciguara la ansiedad de la entre pierna del joven macho.

"NOOOO", gritó angustiada en medio de la noche, respiraba con ansiedad al tiempo que las lagrimas desbordaban sus ojos... Un sueño, una maldita pesadilla que alborotó la tranquilidad de su libido.

No hay comentarios: