28 de enero de 2011

Más vivo que nunca

Permíteme un día y deja que me extravíe de esta efímera realidad, un día completo en el que pueda refugiarme en el rincón de mis pensamientos, aquel lugar en el que siempre me empacho con la música que me transporta a las tierras poéticas.

Quiero dormir y soñar, y soñar que tan sólo soy un mortal y no el hijo de Dios expulsado del infierno, para así nacer en la tierra de los vástagos del demonio que viven condenados a ser humanos y sufrir los horrores de los sentimientos.

Nacido para asesinar y dotado para viajar a través del reflejo del cielo, el perfecto lugar para volar y llorar a los viejos, a los amigos y aquellos imbéciles que han partido para atravesar los espejos de la locura.

No me busques, no me hables, no me recuerdes... Vida, comprende, sólo deja que surque la intemporalidad hasta que mi alma decida el momento de regresar al cuerpo donde me has confinado.