¿Y la felicidad a dónde se fue? La sinceridad es efímera
cuando un beso tierno no es más que una caricia falaz, por lo que la sentencia
se fijó: “si no hay amor entre nosotros, no hay necesidad de seguir juntos”.
El destino no solo es incierto, sino que el
amor enloquece al tiempo, le coquetea, lo acorta o lo prolonga; el amor desafía
a la adversidad, le enfrenta y no se rinde.
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